miércoles, 18 de mayo de 2011

3 MITOS

COSMOGONICO- LA CULTURA TIBETANA

La presencia de restos arqueológicos en Tibet se remonta al 10.000 a.C.. Fueron varios pueblos nómadas de Asia central los que llegaron a la región, aunque no es hasta hace unos 2.300 años que empieza a haber presencia clara de moradores en la Tierra de las nieves.
Según la mitología tibetana, los primeros habitantes del Tibet fueron un mono (emanación de Avalokiteshvara) y una diablesa (emanación de Tara). Sus descendientes, mitad mono y mitad diablo, tras numerosísimas reencarnaciones cobraron su actual forma humana. Sus divinidades protectoras les enseñaron a dominar el fuego, la agricultura, las artes, la medicina, la herrería y la forma de gobernar y organizarse.
El rey mítico Nyetri Tsenpo, que según la leyenda era el Rey indio Rupati que llegó al Tibet huyendo tras su derrota en la guerra del Mahabharata, es el primer personaje de la historia Tibetana. Se cuenta que hacia el año 127 a.C. inició su dinastía que tuvo 30 reyes que gobernaron hasta el siglo VII. Durante esta época se fueron desarrollando los cultos chamánicos y animistas que formaron el Bön, la religión primitiva del Tibet, basada en la interdependencia del hombre y la naturaleza. Esta dinastía militar se fue expandiendo desde el valle de Yarlung dominando toda la meseta del Tibet.
El Budismo comenzó a introducirse en el Tibet por primera vez hacia el S. II d.C. durante el reinado del rey Lha Thothori Nyatsen, pero no fue hasta el siglo VII d.C., con la llegada al poder el rey Songtsen Gampo, que el budismo se integra en el país de las Nieves. En esa época el Tibet era un reino en expansión, debido a esto se realizaron alianzas matrimoniales con la dinastía T´ang de China y con otra dinastía de origen Nepalí, Sus dos esposas eran practicantes budistas, y con su influencia llevaron el budismo Mahayana al Tibet, transformando este reino feudal y militar en un imperio más pacífico
Las revueltas de la nobleza , aliada con los sacerdotes de la tradición Bön, que temían perder sus antiguas influencias y privilegios frente al aumento del poder de los monasterios budistas, provocaron problemas dinásticos y llevaron a fragmentar la nación y a que el budismo fuese perseguido bajo el reinado del rey Langdarma.
Esta época oscura termina a mediados del siglo IX con la llegada de Dipankara Atisha invitado por el rey Lha Lama Yeshe Wo, es la llamada segunda transmisión del budismo, este renacimiento trajo el aumento de la construcción de monasterios, y la conclusión de las traducciones de la totalidad de textos canónicos budistas al tibetano, divididos en dos grupos de textos, el Kangyur (las enseñanzas de Buda) y el Tangyur (comentarios de otros maestros).
A principios del siglo XIII Gengis Khan conquista China y el Tibet. Bajo el imperio mongol el Tibet fue dividido en regiones administrativas gobernadas, cada una de ellas, por una familia noble y por la jerarquía monástica. En 1247 Khublai Khan nombró a un importante lama como Virrey temporal en el Tibet. Posteriormente el poder paso por las manos de la escuela Sakya, la Kagyu, la dinastía Rinpung y por último la dinastía Tsangpa, que pierde el poder en 1642 en favor del Quinto Dalai Lama.

TEOGENICO-EL NACIMIENTO DE EROS

En este Diálogo se proponen una serie de «encomios» o piezas retóricas de carácter elogioso, sobre el tema del Amor, que se ordenan sucesivamente como una transfiguración entre lo dionisíaco y lo apolíneo, coronados por el discurso de Sócrates. Aquí se exponen algunas interesantes concepciones míticas a cargo de las participantes al banquete dignas de ser mencionadas.

La exposición de Pausanias asocia a Eros con el servicio que le presta a la Diosa Afrodita y distingue, por lo tanto, un Eros Pandemos y un Eros Uranios; un amor apasionado, irreflexivo y vulgar, y otro de origen divino que motiva el perfeccionamiento del ser amado inegoístamente. Uno está inspirado por la Musa Polimnia y el otro por Urania.

Tras la exposición de Aristófanes, orientada hacia lo antropológico, y de Agatón, en cuya casa se efectúa el simposio, que lo hace un Dios bello y perfecto, expone Sócrates, para cerrar, una conversación que habría sostenido con Diótima de Mantinea, profetisa e Iniciada, en donde se concluye que Eros es gestado cuando la Pobreza (Penia) llega a mendigar a la puerta de la mansión de los Dioses, del que ha salido Poros (Riqueza, Recurso) embriagado, para descansar en el jardín. Entonces Penia decide tener un hijo de Poros y se acuesta a su lado. De tal modo es engendrado Eros, que es un Genio y no un Dios, que vive miserable pero ama la abundancia, que no es bello ni tampoco definitivamente feo, y que Platón relaciona con el filósofo que ama la Sabiduría porque no la posee.


ANTROPOGONICO-EL MITO DE PROMETEO

Prometeo, hijo del titán Jápeto y de la ninfa del mar Clímene, y su hermano Epitemeo fueron los encargados de crear la Humanidad y de la ¿titánica¿ tarea de proveer a los seres humanos y a todos los animales de los recursos necesarios para la subsistencia.
Epitemeo creó a todos los animales; por su parte, Prometeo fue modelando una mezcla de tierra y agua creó a los hombres. Prometeo, empeñándose en que éstos fueran superiores al resto de las criaturas mortales, les concedió el fuego.
El desencadenante de la ira de Zeus contra Prometeo y los hombres fue la disputa realizada por los hombres y los dioses en MeKone (Tesalía) por las partes de los animales sacrificados. Prometeo dividió por un lado la carne y las entrañas ricas en grasa, ocultándolas dentro del estómago del buey en disputa. Por otro lado colocó, con engañoso arte, los huesos de buey cubiertos con grasa blanca. Luego le pidió a Zeus que eligiese entre las dos divisiones, el dios optó sin dudar por la grasa y se encolerizó al descubrir lo que ocultaba. A partir de ese momento sólo las grasas y los huesos se entregaron a los dioses en sacrificio; mientras que la buena comida era utilizada para su consumo por los mortales.
Zeus, dolido y resentido por el engaño que acababa de sufrir, decidió vengarse de ellos privando a los mortales del fuego, elemento fundamental no sólo para la cocción de los alimentos, sino también para sobrevivir de las heladas. Prometeo, realmente desesperado, robó la luz del fuego eterno utilizando una caña hueca, sabiendo que esta acción originaría un castigo por parte de Zeus. A pesar del riesgo, los mortales recuperaron el fuego gracias a su valentía.
Castigo de Zeus a Prometeo.- Pero esta vez Zeus no perdonó ni a Prometeo, ni a los humanos y ordenó encadenar a Prometeo a una columna. Esa misma columna, según Esquilo, era sostenida por otro hermano de Prometeo: Atlas. Lanzó, además, un águila para que durante el día le comiera el hígado, un órgano que durante la noche se regeneraba por completo. Prometeo sería liberado de tanto sufrimiento muchos años más tarde por Hércules, que mató el águila con una flecha, debiendo cargar con las cadenas toda su eterna vida.

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